El curso del año 2008 arrancó como casi cualquier otro en el campus de la Universitat Politècnica de València. Como casi cualquier otro mes de septiembre, la gente fantaseaba con sus buenos propósitos en un ambiente que, en cuestión de días, pasó de la euforia del primer
Gran Premio de Fórmula 1 celebrado en su Marina a la caída de Lehman Brothers. En el colegio mayor Galileo Galilei, el alumnado iba ocupando sus habitaciones y se topaba con una propuesta revolucionaria: un servicio de restauración a base de productos ecológicos, integrales y con opciones 100% veganas. Aquel servicio de comidas se llamaba Miobio y era la semilla de una startup que hoy trabaja para 11 clubes de la Liga Santander, 6 de la SmartBank, 3 de la Iberdrola y 10 más de otras disciplinas deportivas. De aquella colectividad a ser la solución dietética para profesionales del motor, el baloncesto o el balonmano queda la esencia: “cocina recién hecha, científicamente adaptada a cada persona y, sobre todo, muy muy sabrosa”.
La respuesta es de Emanuela Gornati (46 años), la que hoy es masterchef de docenas de deportistas profesionales y cofundadora de esta startup que ya crece al ritmo de rondas de inversión. El socio que propició el salto del colegio mayor al centro de la ciudad se llama Sergio Brisa (50 años): “he estado muy vinculado al mundo del deporte toda la vida y me dedicaba a la parte ejecutiva de los negocios”. Tras abrir como escuela restaurante en el barrio de Ruzafa en 2014, Brisa acabó abandonando sus otros proyectos para, en 2019, enfocar el modelo de negocio de Miobio a deportistas profesionales: “al restaurante venía gente a la que le apetecía comer sano una, dos o tres veces a la semana. Pero a los pocos meses detectamos que muchos eran deportistas profesionales”, recuerda Gornati. La piloto Carmen Jordà, el triatleta Marcos Pastor o el medallista paralímpico José María Dueso eran y son clientes habituales. La sorpresa llegó cuando, por primera vez, un club de fútbol profesional les propuso hacer el catering de un postpartido: “hasta ese mismo día, ese menú de recompensa estaba compuesto por pizzas y hamburguesas de franquicias”.
Meses más tarde, la pandemia desencadenó la oportunidad de negocio: “no pocos futbolistas tenían chefs en casa, pero, a partir del confinamiento, muchos descubrieron que había una solución apoyada en la ciencia, completamente personalizada, recién hecha y más discreta que desarrollar ese servicio en casa”. Este fue uno de los trampolines, aunque, aseguran, “queda mucho por hacer. Hace unas semanas, todavía nos encontramos con una propuesta de un club que quería chocolatinas y refrescos industriales tras el partido . En 2022, incluso en el ámbito profesional, estamos haciendo frente a una relación malsana con la alimentación. Es algo cultural y un reto desde la educación”, comenta Brisa.
No obstante, sus servicios se apoyan en pilares tecnológicos. Joel Bucio (41 años), responsable de producto en Miobio, asegura que el gran salto de la startup ha llegado con “la automatización de los procesos en la cocina y la aplicación de inteligencia artificial”. El trabajo de los nutricionistas de clubes y deportistas se cruza con estos avances y el recetario de Gornati. La chef italiana, supervisa diariamente la evolución de los clientes, sus mejoras, la variedad del menú a partir del producto disponible de temporada y acaba componiendo, junto a un equipo de tecnólogos, cocineros y repartidores, un servicio de comidas hiperespecializado. Estas tecnologías han permitido que sus cocinas se expandan por varias comunidades autónomas. El modelo escala tan rápido que están a punto de dar el salto a Italia, donde ya tienen un acuerdo societario. Mientras aquí su clientela no deja de crecer entre pilotos, ultrafondistas o atletas, muy posicionados en el ámbito futbolístico, han iniciado una prueba piloto de un servicio que emula Miobio para personas que quieren disfrutar del servicio sin dedicarse profesionalmente al deporte. Próximamente, cualquier estudiante de cualquier colegio mayor podrá disfrutar de la cocina de Emanuela Gornati aunque no juegue en primera división. Como los jóvenes del Galileo Galilei en 2008, podrán disfrutar de un menú sano, “pero sobre todo atractivo y muy sabroso”, concluye la cocinera.